La teoría sin la práctica es vacía. Es un refrán aplicable en muchos contextos, y en la educación no es la excepción, en el mundo de la ideas todo es posible, en el mundo material no, por eso hay que centralizar el estudio de la educación ambiental en un punto de equilibrio entre lo que dice y lo que se hace. Son valiosos los aportes de grandes teóricos y científicos del mundo en cuanto al deber ser, pero si los gestores y tomadores de decisiones no les creen, pues no estamos en el camino correcto, a veces hablar menos y hacer mas es mejor para efectos pragmáticos de solucionar los conflictos ambientales qu ese presentan hoy. Muchos saben que no hay que contaminar y son embargo, sometidos por miles de intereses, lo siguen haciendo....la cuestión el sustentar una ética ambiental en los nuevos ciudadanos a fin de que las nuevas generaciones remedien lo que las antiguas han hecho mal, y que la generación del presente centre sus intereses y considere el ambiente como eje fundamental de desarrollo integral o el mal llamado desarrollo sostenible.